La teoría metabólica del cáncer

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Cada día millones de personas mueren de cáncer en todo el mundo y hasta donde conocemos en la actualidad, la medicina convencional tiene poco que ofrecer más allá de lo que todos ya sabemos, sin embargo hay nuevos tratamientos complementarios que sugieren que la cetosis nutricional podría tratar y prevenir la mayoría de los cánceres. La teoría metabólica del cáncer fue retomada por Travis Christofferson quien se empapó de toda la información acerca del proyecto Atlas del genoma del cáncer, el proyecto gubernamental más grande que se hubiera concebido para ordenar los genomas de las células cancerosas.

El objetivo era descubrir las mutaciones que se encuentran en las células cancerosas. Travis se dio cuenta de que había mucha confusión, incluso entre los científicos de más alto nivel, por ello pensó que era necesario contar bien la historia, y fue así como escribió su libro “El tropiezo con la verdad” . El libro de Travis resalta el trabajo de Otto Warburg y de aquellos que siguieron sus pasos.

 

El Dr. Warburg descubrió que la causa principal del cáncer era la reversión de la generación de energía aeróbica a la fermentación anaeróbica. Sin embargo la medicina convencional no reconoció nunca sus ideas, y por ello fueron rechazadas y ridiculizadas. De cualquier forma, el Dr. Warburg descubrió que en presencia del oxígeno, las células cancerosas producen demasiado ácido láctico, lo que es conocido como el Efecto Warburg.

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Una célula puede producir energía de dos formas: aeróbica en la mitocondria, o anaeróbica, en el citoplasma, lo que genera ácido láctico. Entonces se plantea una pregunta, ¿por qué las células cancerosas regresan a la generación anaeróbica de energía después de la generación aeróbica? El Dr. Pete Pedersen de la Universidad Johns Hopkins llevó la teoría del Dr. Warburg al siguiente nivel, y determinó que hay un número bastante reducido de mitocondrias en las células del cáncer. Generalmente hay varios cientos a varios miles de ellas en cada célula, y componen entre un tercio y el 50% del volumen interior de éstas.

En este caso las células cancerígenas no tienen más opción que regresar a su metabolismo primitivo e ineficiente. Sin embargo las mitocondrias saludables envían señales epigenéticas entre ellas y el núcleo. Esta comunicación epigenética de la mitocondria es la responsable de iniciar un porcentaje significativo del daño genético que ha sido identificado en el proyecto de estructuración del ADN.

Para aclararlo aún más, las células del cáncer queman glucosa, ya que genera muchas más especies reactivas al oxígeno que la grasa y las cetonas. Pero, para quemar cetonas, la célula debe estar saludable y normal. Las células del cáncer no pueden quemar grasa y esto es el núcleo del tratamiento exitoso contra el cáncer y la razón por la que las dietas cetogénicas parecen ser tan efectivas. Podríamos decir que “matan” de hambre al cáncer, mientras que nutren a las células saludables.

Yendo aún más allá en este asunto, existen investigaciones (aún sin publicar) realizadas por la Dra. Young Ko , en las cuales confirma que el azúcar podría ser el responsable directo del desarrollo del cáncer. La glucosa por sí misma puede comenzar a transformar las células hacia el cáncer y es la responsable de que la célula cancerosa no muera.

Podemos concluir afirmando que la dieta cetogénica tiene un efecto que ahorra los aminoácidos de cadena ramificada, porque las cetonas tienen una estructura muy similar a aquellos como la valina, leucina e isoleucina. Esto combinado con la terapia de oxigenación dentro de una cámara hiperbárica, contribuye a que el éxito del tratamiento oncológico sea mayor y se optimice así su eficacia.