La vitamina D también denominada calciferol se obtiene cuando nuestro cuerpo se expone directamente a los rayos solares. También podemos encontrarla en mínimas cantidades en alimentos como la leche, huevos, champiñones, pescados grasos…
Con la llegada del invierno las horas de sol son más cortas y su intensidad más baja. Si a esto añadimos la utilización de factores de protección solar o el aumento de la edad todo ello provocará que nuestros niveles de vitamina D disminuyan considerablemente llegando a producirse un déficit en nuestro organismo.
La vitamina D es imprescindible para la regulación de la actividad de más de 200 genes. Esta vitamina es responsable de:
- Mantener los niveles sanguíneos de cálcio y fósforo.
- Promover la absorción intestinal de fósforo y calcio, así como la absorción de cálcio a nivel renal.
- Contribuir a la formación y mineralización ósea.
- Intervenir en los procesos del sistema inmunológico reduciendo el desarrollo de enfermedades.
- Función antienvejecimiento.
- Reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y conseguir que algunos fármacos de quimioterapia funcionen mejor.
- Intervenir en la mayoría de los sistemas del cuerpo: óseo, cardiovascular, endocrino.. y en la función de nervios y cerebro.
En esta época el deficit de vitamina D suele ser bastante común. Actualmente es muy sencillo no tener ese deficit con la toma de suplementos de vitamina D.
Hoy en día, este suplemento está comercializado. Las dosis son variadas dependiendo de cada persona pero, es muy fácil realizar una prueba de nuestros niveles y actuar en consecuencia con la supervisión de un profesional.
fotografía:Designed by Freepik